El Consorcio presta el servicio de recogida de aceites de uso doméstico en la provincia de Valladolid desde septiembre de 2010.

   El objetivo de este servicio es promover la recogida de aceites de cocina en las casas familiares de los municipios de la provincia de Valladolid, para ser incorporado de nuevo a la cadena productiva, pudiendo emplearse en la producción de biocombustibles, jabones, productos de cosmética, abono orgánico, lubricantes, velas, pinturas o barnices, minimizando de esta manera los efectos ambientales que conlleva el vertido. Concretamente, todo el aceite recogido en la provincia de Valladolid es destinado a Biodiesel.

   La producción de biodiesel (BD100) a partir de aceites usados comporta un ahorro de energía fósil del 21% en relación al uso de aceites crudos, y un ahorro del 96% de energía fósil respecto a la producción del diésel. Cada kilo de aceite recogido se puede transformar en 0,92-0,97 kilos de biodiesel.

   La estimación realizada (ya que no existe un control de pesaje) de los kilos de aceite de cocina usado recogidos por esta empresa durante el año 2019 asciende a 65.595 Kgs.

   Actualmente en la provincia se encuentran instalados 353 contenedores de recogida de aceite de cocina usado en 238 localidades de la provincia.

   El servicio actualmente comprende las siguientes prestaciones:

  1. La instalación a cargo de la empresa adjudicataria de un máximo de 364 contenedores urbanos aptos para la recogida de aceite vegetal de origen doméstico, de forma que todos los municipios de la provincia cuenten al menos con un contenedor.
  2. La recogida, transporte y almacenamiento del aceite depositado por los ciudadanos en los citados contenedores.
  3. La limpieza, conservación y mantenimiento de los contenedores urbanos instalados.
  4. La sustitución de los contenedores deteriorados, golpeados o rotos como consecuencia de accidentes.
  5. La limpieza de la zona donde se ubiquen los contenedores.

   La estimación realizada (ya que no existe un control de pesaje) de los kilos de aceite de cocina usado recogidos por esta empresa durante el año 2019 asciende a 65.595 Kgs.

        

BENEFICIOS DEL RECICLAJE DE ACEITE DE USO DOMÉSTICO

   Verter el aceite vegetal usado al fregadero o al inodoro es una práctica anti-ecológica. El aceite comestible es difícilmente biodegradable y tanto el de girasol, como el de soja, el de oliva o el de maíz forman en los ríos una película difícil de eliminar, que afecta a la capacidad de intercambio de oxígeno y altera el ecosistema.

   En todos los hogares se generan cada día restos de aceite vegetal usado. Normalmente, estos residuos, una vez que han perdido su utilidad culinaria se vierten por los desagües domiciliarios y terminan en un cauce público.

   El aceite se adhiere a los desagües y daña la red de saneamiento, complicando además la recuperación de aguas residuales en las depuradoras. Además, si finalmente llega a los ríos, crea una capa que reduce el oxígeno y puede provocar la muerte de peces. En cambio, si se recoge en contenedores urbanos, similares a los de papel, vidrio o envases, el aceite se puede aprovechar en la fabricación de jabones y productos de cosmética e incluso para la producción de biocombustible.

   En definitiva, con el reciclaje del aceite vegetal usado:

  • Se contribuye a la conservación del medio ambiente.
  • Se puede reutilizar para la fabricación de jabones y productos de cosmética, como abono orgánico, lubricante o para la creación de velas, pinturas o barnices.
  • Se disminuye el consumo de combustibles fósiles al producir biodiesel, que reduce las emisiones producidas por los procesos de combustión y se degrada totalmente de manera natural.

 

Consecuencias negativas de no reciclarlo

  • Se solidifica y se queda adherido a los desagües de las casas y a la red general.
  • Complica el proceso de recuperación de las aguas residuales que recogen las depuradoras locales, al dificultar su funcionamiento y disminuir la vida media de estas instalaciones.
  • Un litro de aceite usado puede contaminar hasta 1.000 litros de agua. Los aceites llegan a los ríos y forman una película superficial que impide el normal intercambio de oxígeno, de manera que altera el ecosistema.